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Las plantas aromáticas representan gran importancia para los seres humanos, pues han sido empleadas como medicamentos naturales desde el comienzo de las civilizaciones. Estas plantas cuentan con propiedades curativas y farmacológicas inherentes, es decir, que forman parte de su naturaleza. En la actualidad, el área de investigación sobre las propiedades químicas de las plantas ha tenido un gran auge, en especial el descubrimiento y desarrollo de fármacos a partir de las plantas aromáticas.
Estos organismos vegetales son explotados principalmente para extraer aceites esenciales, los cuales tienen aplicaciones industriales, en áreas como la cosmética, farmacéutica, desarrollo de pesticidas, repelentes, entre otros. En algunos estudios, se ha determinado que las plantas aromáticas son capaces incluso de brindar protección contra la radiación, debido a que cuentan con una gran cantidad de compuestos antioxidantes que ayudan a eliminar los radicales libres.
Características de las plantas aromáticas
Las plantas aromáticas, así como las medicinales, son organismos vegetales que cuentan con compuestos químicos de tipo aromáticos. Estos son básicamente aceites esenciales, los cuales son muy volátiles a temperatura ambiente, es decir, que su temperatura de ebullición es muy baja y se evaporan rápidamente en el aire. Al tratarse de aceites, son también hidrófobos, además de ser bastante olorosos.
Estas plantas pueden poseer los compuestos aromáticos en diversos tejidos, como las flores, brotes, hojas, ramas, corteza, madera, frutos, semillas y raíces. Dichos compuestos provienen de mezclas complejas de metabolitos secundarios, formados principalmente por fenilpropenos y terpenos de poco peso molecular. Los aceites esenciales extraídos a partir de estos vegetales, presentan sabores y olores característicos. Asimismo, tienen actividades biológicas por las cuales son empleadas en aromaterapia y en la producción de distintos productos industriales.
La recolecta y empleo de las plantas aromáticas es una práctica muy extendida en todo el mundo. Estas son utilizadas como tratamientos alternativos y para prevenir distintas enfermedades, representando gran valor en algunos países, donde entre el 70 y 95% de la población emplea la medicina natural y tradicional para la atención primaria de la salud. Una de las prácticas más extendidas en la actualidad es la aromaterapia, donde se aprovechan sus propiedades y sus aceites esenciales.
Taxonomía de las plantas aromáticas
Las plantas aromáticas poseen aceites esenciales que son mezclas volátiles con una composición química compleja. Este tipo de compuestos se encuentran presenten en alrededor de 17000 tipos de plantas, distribuidas en diversos taxones. Entre este tipo de organismos se incluyen plantas monocotiledóneas y dicotiledonias de varios órdenes y familias.
Algunas de las familias más conocidas son las lamiáceas (Lamiaceae), que incluye plantas muy conocidas como la menta (Mentha spp.), y la albahaca (Ocimum basilicum); las amarilidáceas (Amaryllidaceae), dentro de las cuales se encuentra el ajo y la cebolla; las apiáceas (Apiaceae), con una variedad de hierbas y arbustos que son usadas por sus propiedades aromáticas, como el hinojo (Foeniculum vulgare).
Otras familias que incluyen plantas aromáticas son Asteraceae, Cupressaceae, Lamiaceae, Lauraceae, Liliaceae, Magnoliaceae, Myrtaceae y Rutaceae. Todas ellas son plantas que producen flores y semillas (Angiospermas) y cuentan con compuestos esenciales con bajo punto de ebullición y que se distribuyen en la mayoría de tejidos de la planta. La naturaleza volátil de estos aceites esenciales les confiere un olor fuerte y, generalmente, agradable para los humanos. Estos compuestos se caracterizan por ser, en su mayoría, hidrocarburos, terpenos o derivados bien oxigenados y aromáticos, como los alcoholes, cetonas y aldehídos.
Propiedades
Como ya se ha mencionado, los compuestos fitoquímicos y metabolitos secundarios de las plantas aromáticas les confieren un aroma y sabor particular, además de proveer beneficios sobre la salud, según han demostrado diversos estudios. Muchos de estos fitoquímicos también funcionan como repelentes de las plantas, que evitan la infección por plagas de insectos fitófagos y otros patógenos. Entre los compuestos químicos que se encuentran en los tejidos vegetales de estas plantas se encuentran los flavonoides, antocianinas, isoflavonas y terpenos.
Uno de los usos más extendidos de este tipo de vegetal se relaciona con sus propiedades aromáticas en la industria farmacéutica y de perfumería. Además, también se emplean para el cuidado de la piel y con fines cosméticos, así como en la producción de tintes y colorantes, productos para proteger plantas y cultivos de plagas, bebidas y aditivos alimentarios. La creciente demanda de este tipo de productos ha ocasionado un aumento en su producción, por lo que se ha llegado a transformar en cultivos industriales.
En general, son el conjunto de dos o tres compuestos aromáticos los que caracterizan a una planta y se encuentran en concentraciones relativamente altas, pues pueden llegar a representar hasta el 70% de su contenido químico. Son estos productos los que le otorgan las propiedades a los aceites esenciales de las plantas aromáticas y provienen de distintas vías biosintéticas. El principal grupo de productos químicos son los terpenos y terpenoides, mientras que el resto de grupos se caracterizan por ser alifáticos y aromáticos.
Algunas de las moléculas provienen del fenilpropano y se encuentran en pequeñas proporciones, siendo características de plantas como la canela y el clavo de olor. El aglicón y catecol son compuestos presentes también en muchas especies aromáticas y, se relacionan con el efecto antioxidante de dichos organismos. Estos resultan beneficiosos para retrasar condiciones asociadas al estrés oxidativo, como enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes.
Las plantas aromáticas no solo se usan por sus olores particulares, sino que se le otorgan propiedades medicinales. Muchas de ellas fueron estudiadas como antivirales, resultando en alternativas efectivas conocidas ampliamente en la fitoterapia y fitomedicina. En algunos países se fomenta el uso de estas especies para luchar con infecciones, como las ocasionadas por virus de tipo SARS. Entre algunas de las especies que han arrojado resultados positivos como antivirales se encuentran el lirio araña rojo (Lycoris radiata), el helecho Pyrrosia lingua, el ajenjo dulce (Artemisa annua) y el arbusto aromático Lindera aggregata, familia del laurel.
Algunos de los compuestos contenidos en las plantas aromáticas que tienen actividad antiviral son la baicalina y la licorina. Este último es un alcaloide cristalino que no posee toxicidad y está presente en especies del género Lycoris y otras especies de la familia Amaryllidaceae. Otras de las hierbas aromáticas y medicinales que se han estudiado como posibles antivirales son la madre selva japonesa (Lonicera japónica), el eucalipto y el ginseng (Panax ginseng), el cual cuenta con un potente metabolito secundario conocido como ginsenósido-Rb1.
Conservación y comercio
Se estima que alrededor del mundo se usan aproximadamente 60000 especies de plantas aromáticas y medicinales. De estas, al menos 1280 especies se encuentran incluidas en el apéndice del CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), donde se regula el comercio y exportación de especies de organismos vivos. Los cultivos de este tipo de plantas se han convertido en una práctica de importancia económica en muchas regiones del mundo.
Los productos y suplementos naturales han pasado a tener gran relevancia en el mercado internacional. Lamentablemente, muchas de los negocios y exportaciones de plantas provienen directamente de la naturaleza, lo cual ocasiona pérdida y alteraciones ecosistémicas importantes. En portales como la base de datos de comercio de la CITES indican que, entre los años 2005 y 2015, se exportaron alrededor de 54 millones de kg de productos derivados de las plantas aromáticas y medicinales.
Muchas de esas especies se encuentran catalogadas en peligro de extinción debido a la sobreexplotación y pérdida de su hábitat natural. Es por ello que en muchas naciones se implementan medidas y restricciones para el comercio legal y el uso sostenible de estas plantas. La recomendación general, es adquirir plantas aromáticas o productos derivados de estas en lugares certificados, donde se realicen prácticas legales y consientes que no comprometan la existencia de dichos organismos.
Referencias
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- Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora. (2021). Medicinal and aromatic plants. CITES
- Guidi, L., & Landi, M. (2014). Aromatic Plants: use and nutraceutical properties. Novel Plant Bioresources: Applications in Food, Medicine and Cosmetics, 303-345.
- Samarth, R. M., Samarth, M., & Matsumoto, Y. (2017). Medicinally important aromatic plants with radioprotective activity. Future science OA, 3(4), FSO247.
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