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En este artículo estudiamos la reproducción de las plantas, sus tipos (sexual y asexual).
Influencia ambiental en el tipo de reproducción de las plantas
Las plantas como cualquier organismo vivo tienen eventos reproductivos que son necesarios a nivel evolutivo para mantener la idoneidad de la especie y poder persistir en el tiempo. Los mecanismos en la reproducción de las plantas han evolucionado dependiendo de las características de cada especie y del comportamiento poblacional de la misma, influenciados directamente por características medioambientales.
En la reproducción de las plantas, las características medioambientales pueden tener un efecto directo sobre el tipo de reproducción, dado que, ambientes variables o cambiantes requieren un flujo genético significativo para adquirir fenotipos o genes novedosos que permitan una mayor adaptación a las variantes ambientales, y que garanticen la permanencia de una densidad poblacional optima y necesaria para la persistencia de la especie. Así, la mayoría de especies vegetales expuestas a condiciones cambiantes presentan mecanismos de reproducción sexual, que garantizan un intercambio genético entre individuos con variables genéticas.
En contraparte, los ambientes homogéneos y estables tienden a correlacionarse con mecanismos de reproducción de las plantas asexual, que garantizan la persistencia del pool genético de la especie parental, ya adaptada a las condiciones poco variables. Las especies que requieren este tipo de reproducción, generalmente, lo utilizan para aumentar la densidad poblacional o colonizar sitios cercanos. No obstante, la mayoría de las plantas dentro de su identidad genética ya cuentan con un patrón reproductivo específico que se ha fijado en el tiempo, y que ha sido influenciado directamente por el ambiente y patrones ecológicos.
Reproducción sexual de las plantas
La reproducción sexual es el método reproductivo predominante en la mayoría de las plantas, requiere la unión de dos gametos (masculino y femenino) provenientes de diferentes individuos, con características genéticas variables o se puede ocurrir a partir de gametos del mismo individuo. Muchas veces, la dependencia de uno o dos individuos está determinado por el tipo de planta, ya sea, monoica o dioica.
Los dos tipos de reproducción de las plantas sexual más conocidos son la autogamia y la alogamia.
Autogamia
La autogamia es un tipo de reproducción que se da en el mismo individuo y se considera que tiene una finalidad ecológica similar a la de la reproducción asexual, donde los individuos generados son idénticos al parental y, la finalidad, es conservar las características genéticas que permiten mantenerse en un ambiente constante, en el cual ya se han adquirido adaptaciones pertinentes para la supervivencia.
Alogamia
La alogamia, probablemente, es el mecanismo que aporta una mayor variabilidad genética a la especie. En general, es el intercambio gamético por polinización cruzada entre dos individuos con características genéticas diferentes.
El mecanismo de polinización cruzada es el más común en la reproducción de las plantas de tipo sexual, generalmente, la polinización cruzada se basa en la transferencia del polen presente en el estambre de una flor que será captado por el estigma de la flor de otro individuo; así mismo, la polinización cruzada se puede dar por medio de animales que trasladan el polen, por medio del aire o por medio del agua.
De manera general, el polen cuenta con tres células haploides, de las cuales, una será la encargada de formar el tubo polínico por donde pasarán las otras dos células haploides, una, fecundará la ovocélula presente en el estigma y formará el embrión, por su parte, la otra célula proveniente del polen se fusionara con dos núcleos polares presentes en el estigma y formará el endospermo (reserva alimenticia para el embrión).
De modo contrastante, la alogamia, se ve favorecida en algunas plantas por una morfogénesis característica llamada hercogamia, en la cual, se presenta una disposición espacial diferente de las anteras y los estigmas que impide la autofecundación o autogamia.
Reproducción asexual de las plantas
Muchas veces la reproducción de las plantas de tipo asexual ha sido considerada un mecanismo reproductivo que se utiliza con la finalidad de colonizar un ambiente a partir de un pool genético ya adaptado a las características intrínsecas de dicho ambiente.
El proceso radica en la obtención de un individuo a partir de varias divisiones mitóticas de una célula parental. A su vez, la mayoría de propagaciones vegetales artificiales (injertos, cultivo de tejidos, estacas) se realizan por métodos asexuales, partiendo constantemente de células somáticas o células indiferenciadas. Los organismos que presentan predominantemente de manera natural dicho tipo de reproducción son las plantas no vasculares como los líquenes y briofitos.
Los métodos naturales mayoritariamente conocidos en la reproducción de las plantas de tipo asexual son la apomixis, la formación de mitosporas y la formación de propágulos.
Apomixis
La apomixis, es un método que consiste en la formación de semillas sin incluir la fecundación, por lo tanto, el óvulo desarrolla una semilla sin proceso meiótico y poseerá el mismo pool genético de la planta parental. Las semillas producidas por apomixis se dispersaran y colonizarán ambientes adyacentes a los de la planta parental.
Mitosporas
Las mitosporas son unicelulares, se forman comúnmente en estructuras especializadas (esporangios), se producen por mitosis de una célula madre y se dispersan generalmente por el aire o por presencia de flagelos, los cuales capacitan a la espora para movilizarse en medios acuosos.
Propágulos
Los propágulos son multicelulares y se consideran porciones de tejido u órganos que albergan nutrientes necesarios para el desarrollo de un nuevo individuo, presentan células con capacidades organogénicas que permitirán formar un individuo idéntico al parental.
Referencias
- Frankel, R., & Galun, E. (2012). Pollination mechanisms, reproduction and plant breeding (Vol. 2). Springer Science & Business Media.
- O’Neill, S. D., & Roberts, J. A. (2002). Plant reproduction. Taylor & Francis.
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