Índice de este artículo
- 1 Características de la planta Cucumis sativus
- 2 Requerimientos ambientales para el cultivo del pepino
- 3 ¿Cómo se cultiva el pepino? Preparación del terreno
- 4 Siembra
- 5 Desarrollo del cultivo del pepino
- 6 Riego
- 7 Cómo se cultiva el pepino: La cosecha
- 8 Plagas y enfermedades de la planta de pepino
- 8.1 Mildiu lanoso (Pseudoperonospora cubensis)
- 8.2 Gusano perforador del fruto (Diaphania nitidalis y Diaphania hyalinata)
- 8.3 Araña roja (Tetranychus turkestani, Tetranychus urticae y Tetranychus ludeni)
- 8.4 Mosca blanca (Bemisia tabaci)
- 8.5 Minador de la hoja (Liriomyza sp.)
- 8.6 Nematodos (Meloidogyne incognita)
- 9 Referencias
El pepino, Cucumis sativus , es una planta que pertenece la familia de las cucurbitáeas. Se caracteriza por presentar un fruto alargado de color verde, muy utilizado a nivel gastronómico, especialmente en la elaboración de ensaladas. En este artículo te explicamos cómo se cultiva el pepino.
El fruto contiene un elevado porcentaje de agua, así como también ciertas vitaminas y elementos naturales que son de vital importancia. Debido a esto, el pepino es un alimento muy importante dentro de la dieta diaria.
Sin embargo, a pesar de que es muy consumido a nivel mundial, son muy pocos quienes saben cómo se cultiva el pepino. En este sentido a continuación se describen los aspectos más relevantes de su cultivo.
Características de la planta Cucumis sativus
Antes de estudiar a fondo cómo se cultiva el pepino, es importante conocer las características principales de esta planta.
El pepino (Cucumis sativus) es una planta de tipo herbáceo, por lo que presenta tallos verdes y flexibles. Estos son rastreros, lo que quiere decir que se desarrollan a ras del suelo. Así mismo tienen apéndices conocidos como zarcillos, los cuales le permite adherirse a ciertas superficies.
Sus hojas son un poco grandes, teniendo medidas que pueden alcanzar los 18 cm de ancho. Son dentadas y presentan un número impar de lóbulos (3-5).
Presenta flores masculinas que se caracterizan porque presentan un pedúnculo largo y delgado, en tanto que las flores femeninas lo tienen grueso y corto.
El fruto de la planta es el pepino. Este presenta una coloración verde típica cuando está inmaduro y se va tornando amarillo en la medida en que va madurando. En su interior se encuentran las semillas, las cuales son de color blanco y tienen forma oval y aplanada.
Requerimientos ambientales para el cultivo del pepino
Para poder entender cómo se cultiva el pepino, lo primero que hay que tener en cuenta son los diferentes requerimientos ambientales de la planta. Esto es importante porque si no se satisfacen esas necesidades las plantas no se van a desarrollar de manera óptima.
Temperatura
El pepino no es una planta muy exigente desde el punto de vista de la temperatura. Los diferentes estudios que se han llevado a cabo han demostrado que se desarrolla exitosamente dentro de un rango de temperatura que va desde los 18°C hasta los 25°C aproximadamente. Ahora bien, tomando en cuenta que el desarrollo de la planta abarca varias etapas como lo son la germinación y la fructificación, entre otras; cada una de ellas tiene un nivel de temperatura óptimo.
En el caso de la germinación, esta pude ocurrir entre los 15°C y los 35°C. Sin embargo, el nivel óptimo de temperatura para este proceso se ha ubicado en 27°C o 28°C.
Para la formación y desarrollo de la planta, la temperatura ideal es entre 19°C y 21°C.
En la fructificación, es decir, el desarrollo y crecimiento del fruto, se requieren temperaturas que pueden ir desde los 16°C hasta los 19°C, siendo este último el ideal para que el proceso se dé exitosamente.
En síntesis, la planta del pepino puede soportar temperaturas de entre 15°C y 35°C. Si la temperatura excede los 35°C, los diferentes procesos vitales de la planta como por ejemplo la fotosíntesis se pueden ver afectados debido a que las diferentes enzimas y proteínas que intervienen en ellos pueden sufrir desnaturalización por acción del calor.
Por el contrario, temperaturas por debajo de los 14°C pueden ocasionar la muerte de los tejidos vegetales por helamiento.
Humedad en el cultivo del pepino
Los niveles de humedad adecuados bajos los cuales se desarrolla la planta de pepino de forma óptima oscilan entre 60% y 70%. Es importante cuidar que estos valores no se eleven más allá de ese rango, ya que esto generaría el ambiente preciso para la proliferación de agentes patógenos, principalmente hongos, los cuales podrían comprometer el desarrollo completo de la planta.
Suelo
En cuanto a los requerimientos del suelo, los especialistas afirman que el pepino puede cultivarse en una amplia gama de suelos. Sin embargo, lo más recomendable es hacerlo en suelos bien drenados y que contengan abundante materia orgánica que pueda ser aprovechada por la planta.
Así mismo, es importante verificar que los niveles de pH del suelo se mantengan entre 5.5 y 6.8. La concentración de sales es un elemento crucial para el desarrollo de la planta. Si es muy alta, esto va a interferir en la absorción del agua y por lo tanto se va a producir una planta débil y que crecerá muy lentamente. Por el contrario, si la concentración de sales es baja, las plantas que se van a generar serán más propensas a la acción de agentes patógenos que causen infecciones en ella.
Luz solar
Para conocer cómo se cultiva el pepino en cuanto un desarrollo exitoso y óptimo de la planta, son necesarias al menos 12 horas de luz solar. Es importante que la planta reciba abundante luz solar, ya que esta tiene un efecto positivo en la fecundación. Igualmente, los especialistas han determinado que influye en la formación de flores femeninas y masculinas. En días cortos es mayor el número de flores femeninas que se generan, mientras que en días largos, se favorece la formación de flores masculinas.
¿Cómo se cultiva el pepino? Preparación del terreno
Quienes han estudiado cómo se cultiva el pepino, coinciden en afirmar que la preparación del terreno es uno de los pasos fundamentales para que el cultivo tenga éxito.
Entre las acciones que deben ejecutarse para preparar el terreno, el arado y el rastreado se encuentran entre las principales. En lo que respecta al arado, los especialistas sugieren hacer al menos un paso de arado, el cual deberá tener una profundidad promedio de 40 cm.
Así mismo, también se debe pasar la rastra con la finalidad de deshacer terrones. Es importante destacar que la rastra debe pasarse a una profundidad promedio de unos 30 cm.
Finalmente, el establecimiento de una cama de siembra es sumamente importante. Esta debe tener una altura aproximada de 25 cm y además debe contar con un buen drenaje.
Siembra
La siembra consiste en depositar en el terreno las semillas en espera de que estas germinen. En el caso del pepino, la siembra se hace en agujeros con una profundidad promedio de 2.5 cm. Así mismo, las semillas se siembran en hileras paralelas entre las que debe haber un distanciamiento promedio de entre 1m y 1,5 m.
La distancia entre cada postura también es importante, siendo esta de unos 50 cm aproximadamente.
Es importante destacar en este estudio sobre cómo se cultiva el pepino que en cada agujero no se coloque una sola semilla, sino que se suelen colocar varias, entre 2 y 4.
Posteriormente, cuando las plantas han comenzado a desarrollarse, se lleva a cabo un proceso que se conoce con el nombre de raleo. Este consiste en estudiar las plantas que han nacido en cada posición, eliminando las débiles y dejando las plantas que mejor se han desarrollado. Generalmente se dejan de 1 a 2 plantas por lugar de postura.
Desarrollo del cultivo del pepino
Al revisar cómo se cultiva el pepino, es importante hacer la acotación de que el cultivo de esta planta se puede llevar a cabo a través de dos modalidades. La primera y más sencilla de ellas es la que se conoce como “siembra al suelo”. En esta modalidad se deja crecer la planta de forma natural sobre el sustrato, tal como lo haría sin la intervención humana. Aquí el fruto se desarrollaría contra el suelo.
La segunda modalidad se conoce como tutoreo. En esta se utilizan algunas estructuras que ayudan a mantener a las plantas erguidas, con la finalidad de mejorar el aprovechamiento de ciertos recursos como la luz solar, además de mejorar el aireamiento.
Poda del pepino
La poda es un aspecto importante a tener en cuenta cuando se realiza algún cultivo. Esto se debe a que gracias a la poda es posible eliminar órganos de la planta que debido a su envejecimiento natural o a su pobre desarrollo, entorpecen el crecimiento exitoso de la misma.
En este sentido, a través de la poda se eliminan las hojas que presenten signos de alguna afectación por algún patógeno, especialmente hongos. Además también se deben eliminar las hojas que luzcan amarillentas o marchitas.
Así mismo, también deben ser eliminadas las flores que parezcan viejas o que por alguna razón no parezcan saludables. Es importante destacar que hay plantas que tienen demasiadas flores. En estos casos es necesario eliminar algunas.
Igual ocurre con los frutos. Estos también deben ser podados en algún momento. Generalmente se recomienda podar los frutos más bajos, así como también aquellos que presentan algún tipo de anomalía o malformación.
A través de la poda lo que se busca es maximizar el aprovechamiento de los recursos energéticos de la planta, eliminando los órganos que podrían malgastarlos de forma innecesaria.
Entutorado
El entutorado es una técnica bastante común en la agricultura. Para aquellos que desean aprender cómo se cultiva el pepino, es muy importante aprenderla. Consiste en el uso de tutores, que pueden ser palos de madera a los cuales se fijan hilos de polietileno o polipropileno, los cuales forman una especie de red o malla.
En la medida en que la planta va creciendo, se va fijando a esta red con ayuda de diferentes mecanismos, por ejemplo alambres o anillas. Existen tres tipos de entutorado que se utilizan en el cultivo del pepino: espaldera en plano inclinado, espaldera tipo A y espaldera vertical.
Independientemente del tipo que se escoja, el entutorado es una técnica que reporta una gran cantidad de beneficios para los cultivos, ya que permite que el desarrollo de la planta sea óptimo y por ende se obtengan frutos más saludables.
Riego
Siguiendo con el tema sobre cómo se cultiva el pepino, el riego es un aspecto muy importante, porque a través de él se le proporciona a la planta la cantidad de agua que requiere para desarrollarse adecuadamente. El tipo de riego más utilizado en el cultivo del pepino es el riego por goteo. A través de esto, el agua se le suministra al cultivo de forma racionada, dependiendo de las necesidades que este tenga.
Es de vital importancia monitorear la cantidad de agua del suelo, ya que si esta se encuentra en exceso, podría traer como consecuencia la pudrición de las raíces, así como también la proliferación de microorganismos patógenos, en especial los hongos, que se adaptan perfectamente a estas condiciones.
Es de hacer notar que si la planta no recibe la cantidad de agua que necesita, su crecimiento y desarrollo se verán comprometidos, generando plantas con poco vigor y con poca producción de frutos.
Cómo se cultiva el pepino: La cosecha
El tiempo promedio entre la siembra y la cosecha es de unos 60 días aproximadamente. Los frutos se deben cosechar aún inmaduros.
Así mismo, es importante tomar en cuenta que para recolectar los frutos, estos deben ser cortados con tijeras. Bajo ningún concepto deben ser arrancados. Igualmente, el fruto debe ser protegido en todo momento de las altas temperaturas, ya que esto puede ocasionar su deshidratación y en consecuencia su deterioro, haciéndolo no viable para el consumo.
Plagas y enfermedades de la planta de pepino
Tal como ocurre con la mayoría delos cultivos, el del pepino no está exento del ataque de agentes patógenos. En este sentido, al estudiar cómo se cultiva el pepino es de vital importancia tener en cuenta cuáles son los organismos que pueden afectar negativamente a la planta y el efecto que estos pueden generar.
A continuación se mencionan las plagas más comunes de la planta de pepino.
Mildiu lanoso (Pseudoperonospora cubensis)
Es un hongo que se desarrolla en condiciones de humedad elevada. Ataca a las hojas, ocasionando en ellas ciertos cambios como pérdida de color y desecación. Eventualmente ocasionan la defoliación de la planta, lo cual trae como consecuencia una exposición excesiva de los frutos al sol, dañándolos de forma irreversible.
Gusano perforador del fruto (Diaphania nitidalis y Diaphania hyalinata)
Se desarrolla a partir de los huevos puestos principalmente en los frutos y en otros lugares de la planta. El daño lo ocasionan porque se alimentan de flores y hojas inicialmente. Si no se aplica ningún tipo de control, el gusano eventualmente comienza a perforar los frutos y los tallos, ocasionando su deterioro total y consiguiente muerte.
Araña roja (Tetranychus turkestani, Tetranychus urticae y Tetranychus ludeni)
La permanencia de esta plaga es favorecida por la baja humedad y las temperaturas altas. Debido a que se desarrollan en el envés de las hojas, ocasionan graves daños en estas, como por ejemplo la pérdida de la coloración verde típica. Si no se controla esta plaga, lo más probable es que la planta termine perdiendo todas las hojas.
Mosca blanca (Bemisia tabaci)
El daño que este patógeno está representado por la alimentación de las pupas, que es uno de sus estadios del desarrollo. Estas se alimentan de la savia de las hojas, lo que se traduce en un evidente debilitamiento de la planta; trae como consecuencia que las hojas pierdan su coloración, además de su forma característica. Así mismo, la mosca blanca es un conocido vector de algunos virus que pueden causar graves daños en la planta.
Minador de la hoja (Liriomyza sp.)
Como su nombre lo indica, son larvas que suelen alimentarse de las hojas, ocasionando galerías a su paso. Al madurar ponen los huevos allí. Las larvas que emergen de estos continúan alimentándose de los tejidos saludables, ocasionando terribles daños.
Nematodos (Meloidogyne incognita)
Estos nematodos afectan principalmente a las raíces de la planta. Las hembras grávidas ingresan a las raíces, ocasionando la deformación de estas, dándoles un aspecto globoso. Los vasos conductores se ven obstruidos y, por lo tanto, la planta no absorbe adecuadamente los nutrientes del suelo, generando un desarrollo deficiente de la planta.
Referencias
- López, C. (2003).
- Marcano,C., Acevedo,I., Contreras, J y Jiménez, O. (2012).
- Vasco, M. (2003).
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