Índice de este artículo
- 1 Características de la planta de fresa
- 2 Requerimientos ambientales en el cultivo de la fresa
- 3 Propagación
- 4 Preparación del terreno en el cultivo de la fresa
- 5 Trasplante y cuidados en el cultivo de la fresa
- 6 Riego en el cultivo de la fresa
- 7 Cosecha
- 8 Plagas y enfermedades en el cultivo de la fresa
- 9 Referencias
Se conoce con el nombre de fresas a un grupo de plantas que pertenecen al género Fragaria. Contiene una gran cantidad de especies, siendo la más conocida Fragaria x ananassa. El cultivo de la fresa se encuentra ampliamente distribuido por todo el mundo, ya que este fruto es muy reconocido por su sabor y por la gran gama de usos que se le puede dar, no solo a nivel gastronómico sino en otros ámbitos como el cosmético.
El cultivo de la fresa es un proceso complejo que puede hacerse mediante la multiplicación por semillas o a través de la multiplicación vegetativa, siendo este último el método más utilizado. En este artículo se explicarán todos los detalles del cultivo de este delicioso fruto.
Características de la planta de fresa
La planta de fresa se caracteriza por ser herbácea y perenne. Su tallo presenta una estructura central conocida como corona. A partir de ella surgen algunas prolongaciones un poco más delgadas que se conocen como estolones. A partir de estos se pueden generar otras plantas.
Las raíces son fasciculadas, con una gran cantidad de raíces secundarias. Generalmente alcanzan una profundidad promedio de unos 35-40 cm. Las hojas se presentan en roseta con un peciolo largo. Además de esto, el limbo se encuentra dividido en tres foliolos. En su superficie presentan una gran cantidad de estomas a través de los cuales se lleva a cabo el intercambio gaseoso con el ambiente, así como también la transpiración.
Las flores son hermafroditas, es decir, presentan estructuras reproductivas tanto femeninas como masculinas. Están conformadas por cinco pétalos de color blanco. Tienen un receptáculo carnoso en el que se encuentran los pistilos rodeados de los estambres. Una vez ocurre la fecundación, en la superficie del receptáculo comienzan a desarrollarse los aquenios, los cuales propician ciertas modificaciones allí, desencadenando la formación del fruto: la fresa.
El fruto es de color rojo intenso y está constituido por muchos aquenios ovoides que se encuentra distribuidos por todo el receptáculo carnoso.
Requerimientos ambientales en el cultivo de la fresa
A la hora de establecer cualquier tipo de cultivo, es imprescindible conocer cuáles son los requerimientos ambientales de este para que pueda desarrollarse con éxito. En este sentido, a continuación se plantean los requerimientos básicos de la planta de fresa.
Temperatura
Al igual que ocurre con muchos cultivos, la fresa se desarrolla de forma óptima en un rango de temperatura específico. Este se ubica entre 15°C y 20°C. A pesar de esto, se ha comprobado que, al menos sus partes vegetativas, son altamente resistentes a temperaturas extremas tan bajas como -20°C o tan altas que son superiores a los 50°C.
Por supuesto que cuando las temperaturas están por debajo o por encima del rango óptimo, el desarrollo de los frutos se ve afectado. Podrían ser deformados o bien desarrollarse con mayor rapidez de lo habitual, teniendo un tamaño muy pequeño.
Humedad
La humedad relativa que requiere el cultivo de la fresa es de aproximadamente un 65%. Es de vital importancia mantener los niveles de humedad estables, ya que si se incrementan, es posible que proliferen ciertos agentes patógenos que pueden comprometer en gran medida la supervivencia de la planta.
Suelo
El suelo es otro de los elementos a tener en cuenta para el cultivo de la fresa. Sus características determinan en gran medida el éxito o fracaso del cultivo. El tipo de suelo recomendable es el arenoso, bien drenado. Así mismo, su pH debe ser ligeramente ácido, ubicándose entre 5.5 y 7. Además deben contener abundante materia orgánica, en torno al 4-5%.
Es poco probable que el cultivo de la fresa se de en suelos pesados, ya que en estos el sistema radicular de la planta no puede desarrollarse de forma óptima. Además de esto, la fresa es una planta altamente sensible a las concentraciones salinas del suelo.
Propagación
La fresa se propaga principalmente a través de un método de reproducción asexual conocido con el nombre de propagación vegetativa mediada por estolones. Estos pueden ser definidos como una especie de tallos secundarios, de tipo rastrero que se desprenden del tallo principal y que desarrollan raíces. A partir de los estolones pueden surgir nuevas plantas.
Ahora bien, los estolones se obtienen a partir de las llamadas “plantas madres”, las cuales se han desarrollado, generalmente de estolones que fueron cultivados in vitro, pudiendo de esta manera proporcionar las condiciones ideales para garantizar el desarrollo de una planta sana, sin ningún tipo de patología.
En algunos casos, el proceso de obtención de las plantas madres es muy sistemático y detallado e involucra varias etapas. Estas incluyen la selección de plantas con las características que se desean, el cultivo de estolones a partir de ellas y, finalmente, la obtención de las verdaderas plantas madres mediante el cultivo in vitro de esos estolones.
A partir de esas plantas madres es que se van a extraer los estolones para desarrollar las plantas que se sembrarán en el terreno destinado a tal fin. Es importante destacar que a partir de cada planta madre definitiva se obtienen aproximadamente 20 estolones, lo cual se logra en un tiempo promedio de unos 5 meses.
Preparación del terreno en el cultivo de la fresa
Antes del trasplante, es importante en el cultivo de la fresa que se haga una adecuada preparación del terreno. Lo primero que se hace es el desfonde o arado. Para esto puede utilizarse maquinaria especializada como tractores o bien animales como bueyes que hagan el trabajo de arrastrar el arado sobre el terreno. La profundidad recomendada del arado es de unos 50 cm. A través de este procedimiento lo que se busca es eliminar cualquier rastro de maleza o cualquier otro residuo que pudiera interferir con el desarrollo exitoso de la planta.
Así mismo, el suelo también debe ser sometido a una adecuada desinfección para eliminar posibles agentes patógenos.
Igualmente, se recomienda que el cultivo de la fresa se haga en caballones. Estos deben tener una altura promedio de entre 10 y 25 cm y una anchura de entre 65 y 80 cm. En cada caballón se realiza un proceso de acolchado, mediante el cual se cubre con una lámina de plástico que con frecuencia se encuentra constituida por polietileno de color negro. A este se le realizan los agujeros en los cuales se sembrarán las plántulas.
Fertilización
Antes de proceder al trasplante de las plántulas, es importante agregar en el terreno la cantidad necesaria de materia orgánica que estas van a necesitar. Generalmente se agrega estiércol descompuesto.
Así mismo, se sugiere utilizar como fertilizantes nitrógeno, anhídrido fosfórico y óxido de potasio, los cuales en su conjunto se les conoce como NPK, por el símbolo de los elementos químicos involucrados. Estos últimos se agregan luego de que se ha realizado el trasplante.
Trasplante y cuidados en el cultivo de la fresa
Antes de que las plantas sean colocadas en el terreno destinado para su cultivo, estas deben atravesar unas cuantas horas de frío, en las cuales acumulan el frió necesario, dependiendo de cada variedad de fresa.
Luego de esto, las plantas ya se encuentran aptas para ser trasplantadas al terreno definitivo. En este sentido, es importante destacar en el cultivo de la fresa que la distancia que debe haber entre una planta y otra es de 30 cm. De esta manera cada planta tiene el espacio necesario para desarrollar sus estolones.
Ahora bien, para la siembra de cada planta, es importante verificar que la corona quede a nivel del suelo, permitiendo que el cuello de la raíz esté totalmente cubierto por la tierra. De esta forma se evita que las raíces queden expuestas.
Si se desea acelerar el proceso de desarrollo de la planta, especialmente la fructificación y la floración, se pueden instalar unas estructuras que se conocen como túneles y macrotúneles. Estos buscan mantener a la planta protegida de los descensos de la temperatura, además de proporcionarle el ambiente idóneo para que sus procesos naturales ocurran más rápido. Estas estructuras consisten en arcos de hierro galvanizado que tienen diversas medidas. Los túneles, también conocidos como microtúneles suelen cubrir un solo caballón, en tanto que los macrotúneles pueden cubrir hasta 9 y 10 caballones.
Riego en el cultivo de la fresa
Si bien es cierto que el cultivo de la fresa es un tanto exigente en lo que se refiere al riego, también lo es que el exceso de agua puede ocasionar la muerte de la planta por pudrición de sus raíces. En este sentido, el sistema de riego más recomendado para este tipo de cultivo es el riego por goteo.
El riego por goteo consiste en proporcionar de forma racionada la cantidad de agua que la planta requiere, mediante el uso de una manguera que se coloca a todo lo largo de la hilera de plantas sembradas. Esa manguera contiene unos agujeros a través de los cuales el agua es liberada en forma de gotas. Este sistema de riego es el más usado por varias razones. En primer lugar, permite dosificar adecuadamente la cantidad de agua, lo cual se traduce en un gran ahorro de la misma. Y en segundo lugar, también permite agregar ciertos fertilizantes al cultivo de una forma más eficiente y controlada.
Sin embargo, el riego por goteo no es el único sistema que se utiliza en el cultivo de fresa, sino que también se puede utilizar el riego a través de aspersores y el riego por gravedad. Aunque estos son menos eficientes.
Cosecha
Debido a que las fresas son frutas delicadas, deben ser cultivadas y manipuladas con el mayor cuidado posible.
El tiempo promedio que transcurre entre la siembra y la cosecha es de unas 12 semanas. Así mismo, la cosecha no es un momento específico, sino que se extiende por varias semanas. La sugerencia de los especialistas es cosechar la fruta en las horas menos calurosas del día.
Con respecto a la apariencia de la fruta durante la cosecha, hay opiniones encontradas. Algunos especialistas consideran que las frutas deben ser cosechadas cuando el color rojo característico cubre máximo ¾ partes de su superficie, mientras que otros recomiendan hacerlo cuando esta se encuentra completamente madura, es decir, totalmente coloreada.
Al momento de desprender el fruto, es importante que conserve parte de su pedúnculo, así como también el cáliz.
En el cultivo de la fresa, para evitar daños en el fruto, se sugiere no mantenerla en la mano durante mucho tiempo, ya que podría incrementar su temperatura, pudiendo ocasionar en ella algún daño.
Luego de ser cosechadas, deben guardarse en cajas o cestas con una correcta aireación y almacenarlas en algún sitio cuya temperatura sea fresca. Deben hacerlas llegar al consumidor a más tardar en los siguientes 4 días de la cosecha, ya que si se deja pasar mucho tiempo, pueden deteriorarse, modificándose su apariencia y su sabor.
Plagas y enfermedades en el cultivo de la fresa
Como todo cultivo, el cultivo de la fresa es propenso al ataque de agentes patógenos de diferentes tipos que pueden comprometer su viabilidad. A continuación se mencionan los más comunes.
Araña roja (Tetranychus urticae)
Estos arácnidos viven en el envés de las hojas. Cuando se encuentran allí, ocasionan decoloración en ellas, evidenciándose esto con la aparición de pequeños puntos de color amarillo en el haz, los cuales se van oscureciendo. Con el paso del tiempo, la hoja se va marchitando, hasta que finalmente muere. Esta plaga prolifera cuando la humedad es elevada, por lo que es importante controlar este factor.
Pulgón de la fresa (Chaetosiphon fragaefolli)
Estos pulgones producen una sustancia conocida como mielecilla, la cual estimula y facilita la presencia y desarrollo de un moho negro conocido como fumagina, el cual es altamente dañino para los tejidos de la planta. Además de esto, estos pulgones pueden actuar como vectores para ciertos virus.
Trips (Franfliniella occidentalis)
Afectan principalmente a la flor y al fruto, ocasionando en ellos la aparición de manchas de color oscuro, generadas por la necrosis de los tejidos que las conforman.
Botrytis cinérea
Este es un hongo patógeno que ocasiona en la planta de fresa una patología conocida como podredumbre gris. Puede afectar a cualquiera de los órganos de la planta. Sin embargo, se observan con mucha frecuencia en el fruto. En este ocasiona manchas de color oscuro, ocasionando su sequedad y finalmente la muerte. Los frutos adoptan una apariencia momificada.
Mycosphaerella fragariae
Hongo que ocasiona une enfermedad conocida como mancha púrpura. Tal como su nombre lo indica, se manifiesta a través de la aparición de manchas de color púrpura que tienen un diámetro aproximado de 3 mm y aparecen principalmente en el haz de las hojas.
Sphaerotheca macularis
Es un hongo que ocasiona una enfermedad llamada mildiu polvoriento. Coloniza principalmente el envés de las hojas, hasta que llega un punto en el que los bordes de estas se enrollan. Además de esto, afectan gravemente el desarrollo del fruto.
Referencias
- Añez, B. y Cedeño. L. (2003)
- Cedeño, L. (1991)
- Heide, O., Stavang, J. y Sonsteby, A. (2013)
- Mahmoud, K., Najar, A., Jedid, E., Jemai, N. y Jemmali, A. (2018)
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