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Los musgos pertenecen a una división de los briófitos, que a su vez también agrupa a los antoceros (en la clasificación tradicional) y las hepáticas, son un grupo de plantas sin vascularización (xilema y floema), hojas verdaderas o raíces, que en la brecha evolutiva se encuentran antes de la aparición en la tierra de las plantas con tejidos vasculares menores, selaginellas y licopodios, y después del dominio en los océanos de las algas verdes.
Características de los musgos
Morfológicamente los musgos están constituidos en:
Gametofito: agrupado en los filidios (laminas fotosintéticas), caulidios (homólogos al tallo) y los rizoides (filamentos simples de anclaje).
Esporofito: agrupado en el “pie” que sirve como sostén al esporangio (capsula que contiene las esporas).
Representan esa crucial transición en la evolución de la vida y de las plantas de un hábitat totalmente de agua: ríos, mar, estuarios, lagunas, entre otros (incluso en la actualidad existen algunas especies flotantes o sumergidas), al hábitat terrestre (importantes en los primitivos procesos fotosintéticos que dieron cambios en la atmósfera). Hasta el momento con unas 11.000 especies de musgos descritas alrededor del mundo.
Los musgos ocupan gran variedad de nichos (naturales o artificiales, desde el nivel del mar hasta los 4700 msnm) y sustratos (tierra, arboles, rocas, paredes, desagües), casi cualquier lugar con cierto grado de humedad, prefiriendo altitudes de entre los 1900 y 3800 msnm donde la humedad es mayor. Su ciclo reproductivo alcanza un tope máximo y la mano antrópica no ha degradado en cierta medida el ambiente, siendo estas especies resistentes a temporadas secas y a los cambios bioquímicos presentes en el ambiente.
Los musgos se forman en grandes extensiones de biomasa, en algunos casos en forma de alfombra o colchón, con una gran capacidad de retener agua a través de la capilaridad, capacidad que se extiende por toda la planta, en su superficie, a cada oportunidad de lluvia; esto es posible gracias a la ausencia de lignina en sus paredes celulares y que otorgan una gran permeabilidad de agua por su estructura y poco tamaño, en relación a las plantas que si poseen este compuesto celular y que las caracteriza por la formación de vasos y tejidos complejos.
Aunque los musgos no poseen tejidos propios de las plantas vasculares, presentan tejidos simples de sostén, aislamiento y conducción de nutrimentos (inorgánicos y orgánicos), son incapaces de regular sus propios niveles de agua interior, dependiendo en gran medida a esa capacidad de retención de agua en el medio externo, gracias a esto juegan un papel importante en el equilibrio de los sistemas ecológicos como buffer (o estabilizador) de la humedad en la homeostasis de agua, no solo para él, sino para aquellas plantas que le rodean, además de servir como nicho ecológico de diversas especies, fuente de alimento y reproducción.
Clasificación de los musgos
La clasificación de los musgos o división Bryophyta (briófitos solo musgos) comprende 8 clases: Sphagnopsida y Takakiopsida como grupos basales, que en algunos casos como Takakia guardan semejanzas con grupos de Hepáticas; las clases Polytrichopsida, Oedipodiopsida, Tetraphidopsida, Andreaeobryopsida, Andreaeopsida, finalmente el grupo más notorio y común Bryopsida, representado por el mayor número de especies.
Reproducción
La reproducción de los musgos se lleva a cabo en dos fases, una haploide donde el gametofito (dominante en ambas fases) es el único y se encuentra en desarrollo el protonema, que crece por mitosis, fase que dura hasta la formación del anteridio (órgano masculino) o el arquegonio (órgano femenino); después, con la fertilización del arquegonio por el anteridio (momento que se da en condiciones específicas de ambiente, pues necesita una película de agua para el transporte del anterozoide al arquegonio), se da paso a la formación de la fase diploide, donde el esporofito es el que madura para la liberación de las esporas (productos de la meiosis) encapsuladas en el esporangio; el anclaje de estas nuevas esporas en diferentes sustratos desarrolla nuevamente el protonema y comienza reiteradamente el ciclo.
Habitat del musgo
En cuanto a su hábitat, ya mencionamos la gran dependencia a la humedad y el agua para su ciclo de vida (iones y nutrientes), por ende lo más frecuente, en especial aquellas especies acuáticas, es que los musgos se encuentren en lugares de gran altitud sobre el nivel del mar (bosques o páramos) o relacionados a una fuente hídrica, aunque también hay gran cantidad de especies, que tras la pérdida del mayor porcentaje de agua en sus células, logran en pocos minutos y poca demanda de agua revivir a largos periodos de desecación, como es el caso de aquellas especies que crecen en los desiertos y los ambientes más secos.
Principales amenazas de los musgos
Los principales factores que amenazan la inestabilidad en las comunidades de musgos son la fragmentación antrópica; la cual por obra de factores externos como los incendios forestales, de labores tradicionales donde también se ven afectados, como lo es su uso para adornos o alfombras, pero su daño se registra de manera magnificada en los procesos industrializados debido a la fragmentación por diferentes motivos: tala de bosque, apertura de caminos, uso del suelo, entre otros, igualmente la destrucción de los ecosistemas (quemas locales y selectivas) hacen desaparecer por completo grandes cantidades de biomasa y diversidad (en número de especies).
Bibliografía
- Linares, E. L. y J. Uribe- Meléndez. 2002
- Pérez, B. E., Draper, I., Diaz de Atauri, y Bujalance, M. R. 2011
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