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Seguramente que en los tiempos en que vivimos habrás oído hablar del comercio justo, un enfoque comercial beneficioso para el desarrollo sostenible.
¿En qué consiste el comercio justo?
Se trata de un modelo en el que desde el punto de vista comercial presenta un enfoque orientado a la justicia global, en donde aspectos como los elementos económico-sociales, humanos o el propio medioambiente constituyen unos valores de protección y respecto, sobre todo si queremos un mundo más justo y ecológico en el planeta.
El comercio justo no es una concepción moderna, ya desde los años 40 y 50 comenzó a fraguarse en los EEUU y Europa, no obstante, su consolidación y crecimiento tuvo lugar a partir de los años 80. Más adelante surgieron normas o leyes encaminadas al apoyo del comercio justo, también una sensibilización hacia sus principios y, por supuesto, una mayor difusión de este movimiento.
Sus principios más relevantes
El comercio justo se apoya en 10 principios que se fundamenta en la normativa establecida en la Organización Mundial del Comercio (OMC), y que cuentan con una proyección Internacional. Seguidamente se exponen las reseñas más significativas.
Protección a empresarios y trabajadores más desfavorecidos, dotándolos de oportunidades para mejorar sus actividades y derechos, de esa manera se procura una reducción la pobreza.
Transparencia en las actividades y gestiones comerciales, informando, al respecto, mediante diversos canales de comunicación.
Un comercio basado en principios más equitativos, en toda la cadena se garantiza el pago justo, la entrega de productos y la calidad de los mismos. Además, se pretende que las relaciones comerciales se extiendan en el tiempo, evitando la competencia desleal y favoreciendo el uso de productos tradicionales.
La búsqueda de un salario justo es también un factor muy relevante encaminado a evitar prácticas abusivas. Este debe ser equiparable al salario mínimo internacional a nivel local.
Tanto el trabajo forzoso como las actividades fraudulentas asociadas al trabajo infantil, no tienen cabida en el comercio justo, debe asegurarse que en la cadena de distribución no se permitan este tipo de prácticas, las cuales constituyen un gran “injusto” laboral, despreciable en un mundo moderno.
La mujer juega un papel importante, no debe discriminarse y debe estar presente el principio de igualdad de género. En esta línea, igualmente se prohíbe un trato degradante a colectivos marginales, racismo, discriminación por motivos religiosos o por orientación sexual, entro otros.
Por otra parte, la libertad de asociación es importante, y debe asegurarse especialmente entre los trabajadores.
En lo que respecta a la promoción y publicidad de los productos, estos se promocionan procurando una información veraz, tanto a los compradores, clientes finales u otros componentes de la cadena comercial. De esa manera, se acredita la procedencia del producto y se garantiza los principios que han de tenerse en cuenta en su elaboración.
La defensa del medio ambiente constituye también un pilar sustancial. En las actividades de comercio justo se busca acciones frente al cambio climático, como la fabricación o recolección de productos sostenibles, evitar los residuos contaminantes, velar por rutas de transportes sostenibles o eliminar el impacto medio ambiental de los embalajes. El material reciclado cobra especial importancia, se pretende prescindir de la utilización de plásticos u otros materiales contaminantes.
Beneficios o ventajas
- Queda asegurada la confianza en consumidores que velan por este tipo de producto, ya que se publicita mediante diversos canales, se etiqueta y, en consecuencia, no pasan desapercibidos.
- Es más sostenible y comprometido con el medioambiente.
- Busca erradicar la pobreza y una mejora de trato a nivel jurídico entre productores y trabajadores.
- Pretende abolir la explotación, inculcando principios éticos de igualdad, tanto de género como de otras materias (igualdad social, no discriminación por razón de sexo, religión, raza, etc.).
Ejemplos de comercio justo
A modo de ejemplo existen muchos productos de comercio justo con su particular sello de identidad, así tenemos café, chocolate, productos de higiene como geles o jabones, alimentos entre los que destaca las frutas y zumos. Desde el punto de vista textil, también existen ropa y calzado procedente de estos movimientos que desarrollan y promueven el concepto de comercio justo.
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