Índice de este artículo
La espinaca o científicamente conocida como Spinacia oleracea es una planta cuyo consumo es satisfactorio para el ser humano, por lo cual su siembra resulta indispensable en muchas partes del planeta, siendo su productor principal China, al cual le siguen Indonesia, Turquía, Japón y EEUU. Su origen se ubica en Persia, lo que en la actualidad es Irán y su órgano importante son las hojas, resaltándose su consumo en fresco como brotes o troceada y también es valiosa en la industria del congelado y la conservera.
En las próximas líneas se destacan las características tanto taxonómicas, botánicas, de cultivo y las propiedades y beneficios de este vegetal.
Taxonomía de la espinaca
La espinaca es un organismo englobado dentro del reino Plantae, división Tracheophyta, clase Magnoliopsida, orden Caryophyllales, familia Amanthaceae con más de 2000 especies y 86 géneros. El género Spinacia, al que pertenece, abarca solo 3 especies, siendo Spinacia oleracea una de las más destacadas por su importancia alimenticia.
Existen además dos variedades distintivas por sus características morfológicas y algunos especímenes cultivados corresponden a plantas híbridas. Entre los sinónimos a nivel científico con los que es conocida esta especie tenemos: Chenopodium aleraceum, Obione stocksii, Spinacia domestica, Spinacia glabra, Spinacia inermis, Spinacia oleracea subsp. glabra, Spinacia sessiliflora y Spinacia spinosa.
Otros nombres con los que se conoce a la espinaca en otros países son: Spinat, Spinach y Spinazie.
Características generales de la planta Spinacia oleracea
La planta Spinacia oleracea completa su ciclo de forma anual, es decir, cada año, los caracteres morfológicos más resaltantes de su raíz, tallo, hojas, flores, fruto y semilla son los siguientes:
Raíz
Es sencilla, poco ramificada, de tipo pivotante, capaz de alcanzar apenas un metro de profundidad, ya que es superficial.
El ancho de la raíz de espinaca suele oscilar entre 30 y 180 centímetros aproximadamente.
Tallo
Su estructura es rudimentario, de consistencia herbácea, de corta longitud y grosor, con medidas que oscilan entre 0,1 y 1 cm de diámetro.
Funciona como sostén o soporte para una roseta de hojas.
Hojas
Son pecioladas, con un peciolo de forma cóncava, delgado, de color verdoso hacia la hoja y rosado a rojo en el punto de inserción en el tallo, éste también se caracteriza por ser largo (aproximadamente 1 cm) e ir disminuyendo hasta desaparecer en las hojas ubicadas en la parte superior.
Las hojas de la espinaca son de color verde oscuro, con filotaxis alterna y poseen morfología heterogénea, que depende de la variedad y de la metodología utilizada para la siembra, de esta manera se pueden encontrar con formas desde ovaladas hasta sagitadas y triangulares. Sus bordes son enteros o también sinuosos y poseen una lámina carente de vellosidades.
Flores
Las flores son de tonalidades blancas o verdosas, dispuestas en grupos de 2 o 3, en estructuras llamadas glomérulos. Las flores son unisexuadas, aunque en algunas ocasiones se han documentado ejemplares hermafroditas.
Las flores masculinas de espinaca poseen un perianto conformado por 5 sépalos, con pétalos ausentes, con 4 o estambres ubicados en la base del mismo. Las flores femeninas están agrupadas en glomérulos, poseen un ovario súpero, uniovular, un estilo y un estigma fragmentado en varios segmentos, en número de 3 a 5. La localización de las flores varía en función del sexo, así las femeninas están en la parte axilar, por su parte, las masculinas en la terminal del tallo.
Fruto y semilla
El fruto de la espinaca es simple, seco e indehiscente, de tipo aquenio y es monospermo, es decir, contienen una única semilla de morfología orbicular, que se encuentra rodeada por un pericarpio de textura membranosa, bien sea liso o espinoso.
Cultivo de la espinaca
Spinacia oleracea es un vegetal con diferentes requerimientos para su cultivo, inicialmente necesita de condiciones climáticas favorables, frescas de climas normalmente templados, ya que no es capaz de tolerar excesos de calor y algunos ejemplares pueden soportar hasta los -7°C (ya a -5°C está reportado que se produce daño por congelamiento). Sus temperaturas óptimas o ideales de crecimiento oscilan entre los 15 a 18°C, la mínima se sitúa entre 5 y 7°C y la máxima entre los 25 y 30°C.
Para la germinación de las semillas, los requerimientos térmicos adecuados se ubican entre los 15 y 25°C, en las cuales emergen en aproximadamente 8 días, con temperaturas mínimas (5°C) se demoran alrededor de 20 días y con más calor (más de 30°C) se inhibe la germinación.
En relación al suelo, también es una planta exigente, ya que requiere de aquellos que posean buena estructura, buenos drenaje y con pH cercano a la neutralidad, es decir, alrededor de 7, ya que suelos ácidos o alcalinos producen daño a la planta. Además de esto, cierta cantidad de tierra necesita materia orgánica y algunos minerales como el nitrógeno y el potasio. La espinaca es un vegetal resistente a la salinidad, por lo cual se pueden implementar sales para disminuir la acidez de los suelos.
Con respecto a la humedad, la espinaca requiere de un porcentaje de humedad relativa de alrededor de 60 y 70. Necesita riegos cortos pero con alta frecuencia en suelos bien drenados.
Debido a que el producto comercialmente importante de Spinacia oleracea son sus hojas, durante el cultivo se evitan las condiciones que inducen la formación de flores y la detención del desarrollo vegetativo de la planta, para esto, al ser una planta de día largo, se deben evitar someter las siembras a entre 12 y 14 horas de luz y con temperaturas menores a los 15°C para evitar la floración, aunque la respuesta al fotoperiodo suele ser variable en función de los distintos cultivares.
Entre las afecciones más comunes que afectan los cultivos de Spinacia oleracea incluyen plagas y algunas enfermedades. Entre las plagas tenemos a algunos artrópodos como orugas de lepidópteros, moscas y sus larvas, pulgones (como Aphis fabae), el minador de las charcas (Liriomyza huidobrensis) o el langostino de la remolacha (Paratamus exitiosus) que afectan las hojas, o también moluscos como la babosa Deroceras reticulatum que daña las plántulas, entre otras plagas.
Entre las enfermedades más comunes de la espinaca tenemos algunas causadas por hongos, como el mildiu por Peronospora farinosa o Peronospora effusa, la cercosporosis (Cercospora beticola) o caídas de plántulas por Fusarium, entre otros, y otras donde el agente es un virus como el del mosaico del pepino que disminuye el crecimiento y afecta hojas, en su forma, color y también reduce el área foliar.
Propiedades y beneficios de la ingesta de espinaca
El consumo de espinaca para el ser humano, resulta ventajosa debido a la composición nutritiva que este vegetal posee. Está constituido por una gran cantidad agua (aproximadamente un 90%), lo que beneficia la hidratación. Además su proporción de fibra le permite al organismo mejorar el tránsito intestinal.
Aunque la espinaca aporta un bajo nivel de proteínas, carbohidratos y grasas, su mayor contribución radica en las vitaminas y minerales que contribuyen a complementar la dieta. Entre las vitaminas que se encuentran en mayores proporciones tenemos a la A, C y E, entre los minerales destaca el potasio, calcio, sodio, magnesio, hierro y fósforo. Además, los folatos y otros carotenoides como la luteína y zeaxantina que benefician la visión y disminuyen la ceguera en adultos mayores, son una fuente importante en este ejemplar.
Otros beneficios por sus nutrientes tenemos el aporte al sistema circulatorio, al mejorar la producción de células sanguíneas, la coagulación y su potencial antianémico, que satisface el transporte de oxígeno, aunque está documentado que el hierro que posee es de difícil absorción, se ve favorecida por la vitamina C que también está presente.
Por otra parte, el consumo de Spinacia oleracea es productivo para el crecimiento y desarrollo y para el metabolismo en general, pues sus nutrientes también están relacionados con la activación de proteínas enzimáticas esenciales para el correcto funcionamiento del cuerpo, incluyendo también los músculos y el sistema nervioso, a su vez posee un alto potencial antioxidante, importante para la regeneración celular, de los tejidos y la piel y para la prevención de enfermedades degenerativas.
Autores consultados
- Cámara de Comercio de Bogotá. (2015).
- Hassler, M. (2020).
- Hoyos, V.; Rodríguez, M.; Cárdenas-Hernández, J.; Balaguera-López, H. (2009).
- Jiménez, J.; Arias, L.; Espinosa, L.; Fuentes, L.; Garzón, C.; Gil, R.; Niño, N.; Rodríguez, M. (2010).
- Kehr, E.; Tropa, S.; Martínez-Lagos, J. (2014).
- Marhuenda, J.; García, J. (2016).
- Serrano, Z. (1976).
- Vásquez, A. (2006).
Deja una respuesta