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El mar Muerto es indudablemente uno de los lugares más impresionantes y bello de la Tierra, incluso desde tiempos remotos, principalmente por el hecho de reunir una serie de características que lo hacen un lugar único y privilegiado en el mundo. Durante los tiempos ha recibido varias denominaciones como mar de la llanura, mar de lodo, mar de sal, entre otras cosas por el hecho de que no se trata de un mar, sino de un lago. Mide 66 Km de largo y unos 17 de ancho.
Ubicación del mar Muerto y características
El mar Muerto se encuentra entre Israel, Cisjordania y Jordania. Es uno de los lagos endorreicos más bajos sobre el nivel del mar, ya que tan solo está ubicado a unos 400 m. Tiene una profundidad promedio de 118 m y se estima que su punto más profundo es de 378 m. El aire es más denso, pesado y caliente, de hecho se estima que presenta la presión atmosférica más elevada de la Tierra. Con cierto olor a azufre, en tiempos atrás se especulaba que las aves no podrían sobrevolarlo, ante posibles intoxicaciones que emergen en forma de vapores pesticidas. Dichas especulaciones fueron desmentidas y es una zona turísticas con cierto atractivo, ante la posibilidad de flotar en sus aguas o por el hecho de ser consideradas beneficiosas para la salud, en definitiva, una forma peculiar de entender este tipo de naturaleza.
El río Jordán desemboca en el mar muerto aportando agua a este fascinante lago endorreico, que debido al calor, se estima que cada día se evaporan unos 8 millones de m3 de sus aguas. Por su parte, el mar muerto no desemboca en ninguna parte y siempre mantiene la misma extensión, aunque no de agua.
¿Por qué se llama mar muerto?
Tal vez te habrás preguntado por qué se llama «mar muerto», el nombre de este curioso lago endorreico se debe a que en sus aguas, que son aproximadamente 6 veces más saladas que las aguas de los océanos, no puede proliferar muchas formas de vida, exceptuando a las artemias y otros organismos halófilos, que están capacitados para soportar niveles muy altos de sales y minerales disueltos en el agua.
Fauna, flora y atractivo turístico
En sus inhóspitos alrededores habitan algunas especies de animales, cuya vida es muy difícil debido a las extremosas temperaturas, a la sequía y a lo escarpado y pedregoso de la zona. Entre ellos destacan el Ibex nubio, algunas aves y también unos pocos pequeños mamíferos. Los reptiles también están presente en áreas cercanas al mar Muerto. La vegetación no es abundante, la conforman la típica flora que prospera de lugares áridos.
También existen pequeños asentamientos humanos y zonas visitadas por turismo de la salud, así como de tipo arqueológico y religioso. En el pasado muchos pueblos lucharon por hacerse el control de estas inhóspitas tierras que bordean el mar muero, entre los que destacan: egipcios, hebreos, romanos, etc. Igual que el mar, son tierras estériles y con poca ausencia de vida, aunque en la antigüedad sus aguas eran muy provechosas, especialmente para la extracción de sal, incluso los egipcios extraían betún, un ungüento que les servía para embalsamar a sus muertos.
Las aguas de este lago tienen una composición mineral muy diferente al agua de mar y se atribuyen, tanto al agua como a la arena y a la arcilla, muchas propiedades benéficas para el organismo humano, por lo que en la actualidad hay una gran diversidad de productos terapéuticos y estéticos provenientes de este lago endorreico. Se dice que sus propiedades son de gran ayuda para problemas de la piel, artritis y otras patología. Los yacimientos de la ciudad de Masada constituyen unos de sus principales atractivos turísticos, de hecho ha sido catalogado como Parque Nacional en el año 1966. Por su parte, el Desierto de Judea es constituido como Reserva Natural.
El mar Muerto se muere
Como sucede con muchas riquezas de la naturaleza en nuestro mundo, es el hombre quien más afecta de forma negativa a este bello lago, ya que cada vez se reduce más el flujo de agua y es mayor la cantidad que se extrae para la obtención de minerales, además se han acumulado desechos tóxicos consecuencia de vertidos nocivos en sus propias aguas. La desertificación de la zona incrementa los vientos y tolvaneras, por lo que el turismo que acudía a tomar baños terapéuticos también va en descenso, así como el turismo religioso y de arqueología.
Su principal abastecimiento, el río Jordán, es desviado para provecho del hombre y sus cosechas, las temperaturas sumamente elevadas incrementan la evaporación del agua, por lo que según estudios peligra en secarse en años venideros. Además, el conflicto palestino-israelí agrava en cierta medida el problema, dado los obstáculos que supone poner en marcha medidas o proyectos encaminado a paliar el problema.
Desafortunadamente es muy poco lo que se hace para la protección de esta impresionante maravilla de la naturaleza; las autoridades administrativas debería de tomar más medidas en torno a la protección y conservación de la zona, sin duda un patrimonio natural que merece ser visitado precisamente por la gran atracción, desde el punto de vista turístico, que reviste esta hermosa área geográfica.
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