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La zona intermareal o litoral define la interfaz entre la tierra y el mar, se trata de zonas terrestres que son inundadas intermitentemente -en diferentes grados- por el agua de mar acarreada por las mareas, lo que significa que está expuesta periódicamente al aire. También es conocida como línea de costa. En este tema estudiaremos los ecosistemas de litorales marinos.
La costa suele ser dividida de acuerdo con la naturaleza de su sustrato, que pueden ir desde rocas (conocidos como ecosistemas de litorales o costas rocosas) hasta arenas (ecosistemas de litorales de fondos blandos). Las partes superiores de las playas frecuentemente tienen vegetación (que puede ser del tipo rastrera) a las que se les conoce como dunas, y que frecuentemente nos son alcanzadas por las mareas. En las costas fangosas la vegetación se establece casi indudablemente, particularmente si tienen un aporte de agua dulce.
Los ecosistemas de litorales marinos son también reconocidos como ecotonos; es decir, son franjas de transición entre dos ambientes. En este caso los ecosistemas de litorales marinos se clasifican en función de los biotopos (o espacios geográficos). El término biotopo es definido como el hábitat (es decir, las características físicas y químicas del medio ambiente) junto con una comunidad asociada recurrente de especies que operan en conjunto a diferentes escalas. Se considera que dicho hábitat abarca el sustrato (rocas, sedimentos o sustrato formado por colonias de mejillones) y a las de condiciones particulares a las que se encuentra sometido como son: exposición a las corrientes de mareas, a las olas, salinidad (además de otros factores) que contribuyen a definir la naturaleza del ecosistema.
Finalmente, llamamos comunidad a todas las poblaciones de un hábitat en particular, por ejemplo: comunidades de cangrejos y se entiende por ecosistema a una o varias comunidades asociadas a un medio físico en particular.
Características generales
Las comunidades intermareales de ecosistemas de litorales marinos difieren considerablemente, dependiendo si están asentadas en fondo blando o fondo rocoso. Los factores físicos como salinidad y temperatura son más variables en las zonas cercanas a la playa que en el océano mismo; son ecosistemas de gran diversidad y riqueza y su productividad primaria es muy alta. Las concentraciones de oxígeno y nutrientes normalmente son elevadas y se renuevan con cada evento de marea.
El nivel de energía liberada por el oleaje, su intensidad y frecuencia, además de las mareas, son factores a los que deben adaptarse los organismos de los litorales. Las costas de baja energía y con flujo suave de agua presentan una mayor densidad y diversidad de organismo que una costa expuesta a altas energías y oleaje intenso. La configuración que adquiere el medio ambiente (por ejemplo, una laguna o un ambiente totalmente rocoso) determina la magnitud de las mareas y el grado de exposición a las olas que sufrirán los organismos. Los sustratos de zonas intermareales frecuentemente determinan conductas y anatomías específicas de los organismos que viven ahí que les permiten sobrevivir en el medio.
Ecosistemas de litorales marinos de fondos rocosos
Los fondos rocosos generalmente se encuentran en playas de cuestas pronunciadas y en las que no hay acumulación de sedimento. Pueden ser de origen reciente, ser el producto de acontecimientos geológicos por lo que no han acumulado sedimentos (por ejemplo, un levantamiento o por surgimiento de un volcán), finalmente pueden ser producto del transporte activo de sedimentos por parte de las olas y las corrientes que dejan las rocas al descubierto.
Las zonas más altas de estos ecosistemas de litorales marinos experimentan una exposición al aire mucho más prolongada y el ambiente físico suele variar más marcadamente. Los organismos que viven en ecosistemas de litorales marinos rocosos se enfrentan al fenómeno de bajamar, este puede ser un factor limitante para su distribución dado que viven sobre la superficie de la roca (a los organismos que viven sobre cualquier tipo de sustrato se les denomina epifauna) y puede incrementar sus niveles de estrés físico; por ejemplo, los percebes (accede a ficha de estos artrópodos) solo se distribuyen en la zona de marea -que es la zona que queda entre la media de la marea alta y la media de la marea baja, más allá su asentamiento es poco probable dado su ausencia de movilidad- en esta zona también es común encontrar mejillones (Mytilus) y ostras (Ostrea). En esta “zona de percebes” también se encuentran algas verdes como Enteromorpha y Ulva.
Los organismos de ecosistemas de litorales marinos rocosos han desarrollado adaptaciones estructurales que les permiten adherirse a este tipo de sustratos. Su riqueza, composición y densidad varía notablemente de las zonas altas hacia las más bajas.
Para poder sobrevivir en zonas intermareales los organismos deben ser capaces de evitar desecarse o ser capaces de tolerarla; para lo cual, o bien se cierran por completo cerrando sus conchas para retener el agua (como, por ejemplo, los balanos o los mejillones) o se desplazan a zonas húmedas conocidas como charcas mareales o pozas de marea (por ejemplo, los cangrejos ermitaños, quitones y diversos tipos de caracoles suelen agruparse en ellas) en espera del regreso de la marea.
Algunas otras especies pueden emplear ambas estrategias y algunas más como los quitones, invertebrados que pueden tolerar la pérdida de hasta el 75% de su agua corporal o los Fucus, alga intermareal que tolera hasta el 90% de pérdida de agua con respecto a su masa. En las charcas mareales hay una variación extrema en salinidad, temperatura y oxígeno a la que los organismos deben de estar bien adaptados.
Los organismos de zonas intermareales suelen tolerar un amplio rango de temperaturas, como los peces de charcas de marea, que suelen ser más resistentes al cambio extremo de la temperatura en relación con los peces que habitan las zonas por debajo de la marea; o como los caracolillos de la familia Littorinidae, que habitan las zonas intermareales y que pueden resistir a temperaturas de hasta 49°C en condiciones de laboratorio.
Comunidades de ecosistemas de litorales marinos rocosos
Si bien los tipos de especies encontrados en las diferentes zonas del intermareal rocoso responden también a las condiciones de los lugares geográficos en los que se ubiquen (por ejemplo, el Atlántico y el Pacífico) también se encuentra organismos que dominan de forma característica las distintas zonas intermareales porque responden con estrategias de adaptación similares.
Intermareal superior
Esta zona queda por encima de la línea de pleamar y permanece húmeda gracias a las salpicaduras producidas por el oleaje. Esta zona rara vez están sumergidas, por lo que los organismos deben estar bien adaptados a la exposición prolongada al aire.
Los productores primarios dominantes son las cianobacterias y los líquenes. Otros organismos típicos de esta zona intermareal son lapas, litorínidos, cangrejos y algas incrustantes. Esta zona es frecuentada principalmente por depredadores terrestres (gaviotas) y en menor medida por cangrejos y caracoles litorínidos.
Intermareal medio
Esta zona emerge y se sumerge de forma periódica y regular en respuesta a las mareas. Dependiendo del tipo de marea, será el tiempo que un organismo que habita esta zona se encuentre sometido al aire.
Si la marea es diurna los organismos quedan expuestos una vez al día, cuando se presenta una marea semidiurna, entonces quedarán expuestos dos veces al día. En el caso de mareas mixtas, la marea más baja de las dos pleamares, cuando alcanzan su nivel más alto, puede no sumergir la parte más alta de el sustrato rocoso; mientras que la más alta de las dos bajamares, no expone al aire la parte más baja (es decir, aun cuando la marea está ya en su nivel más bajo, no es lo suficientemente bajo para dejar al descubierto el sustrato).
El anterior fenómeno hace que con frecuencia, dependiendo del tipo de marea, haya diferentes organismos en cada nivel; en otra palabras, el límite superior del intermareal medio puede estar caracterizado por una banda de balanos pequeños –que tienen como frontera de colonización el máximo nivel del agua que les impide desecarse- y en límite inferior por una banda de balanos más grandes -cuya frontera está determinada por la competencia por espacio con los mejillones o por caracoles y estrellas de mar depredadoras-.
En los ecosistemas de litorales marinos los fenómenos de sucesión de invertebrados son frecuentes, y son iniciados por eventos de depredación sobre algunos los elementos de las especies sésiles. Esto puede ocurrir a la par de perturbaciones ambientales, si estas son demasiado frecuentes suelen ocasionar que las comunidades nunca lleguen a ser comunidades maduras. Paradójicamente, las diversidades de especies más alta se dan en presencia de perturbaciones ambientales frecuentes.
Los organismos que habitan en zona más expuesta a la fuerza del oleaje desarrollan diferentes estrategias para no ser removidos, tales como poseer estructuras que les permiten sujetarse bien: por ejemplo, las algas o son del tipo incrustante o usan sus rizomas para arraigarse, mientras que los mejillones producen filamentos de proteínas que les permiten fijarse al sustrato. Otra estrategia es desarrollar flexibilidad, como en el caso de algunas algas que producen rizomas que se adhieren fuertemente al sustrato, pero son altamente flexibles, de manera que adquieren formas hidrodinámicas que les permiten reducir la resistencia al agua. Otros organismos desarrollan conchas más gruesas que sus contrapartes que viven en zona de oleaje menos intenso.
En estas zonas de ecosistemas de litorales marinos dominan los balanos, mejillones y algas (Fucus).
Intermareal inferior
En los ecosistemas de litorales marinos, la zona del intermareal inferior permanece sumergido la mayor parte del tiempo. Esto facilita el asentamiento de depredadores filtradores como las estrellas de mar. Se trata de una zona dominada por algas rojas, pardas y verdes; estas no pueden tolerar la desecación por lo que solo prosperan en a este nivel intermareal.
De las relaciones bióticas que se presentan en esta zona, la competencia por sustrato disponible y luz parecen determinar, en su mayor parte, la configuración final de la comunidad. El ramoneo sobre un tipo específico de alga por parte de los invertebrados ocasiona que una especie pueda ser dominante en la zona. En esta zona se presentan complejas redes de tróficas que mantienen el balance entre las diferentes especies que compiten por un mismo espacio.
Zona generalmente dominada por algas y fanerógamas. Las algas proporcionan refugio contra los depredadores a los organismos pequeños. Otros organismos frecuentes son los erizos, poliquetos, caracoles y anémonas de mar. En el intermareal inferior las especies de peces adaptados para vivir aquí son muy pequeños y del tipo carnívoro.
Comunidades de ecosistemas de litorales marinos de fondos blandos
Cualquier sustrato que esté formado por sedimentos se considera fondo blando. Este tipo de fondo se forma en donde se presentan eventos de acumulación, y su tipo y clase dependerán de la intensidad de las corrientes y del origen del sedimento. A su vez, la clase de sedimento influirá decisivamente en tipo de comunidad que se establecerá. Estos pueden ser de tipo fangoso (lima-arcillosa), arenoso o grava (el tamaño del grano es de 2 mm, es el tamaño más grande).
Los sedimentos finos se presentan mayormente en áreas protegidas como lagunas costeras o bahías, mientras que los sedimentos más gruesos son encontrados en zonas de oleaje y corrientes intensas.
Las comunidades intermareales de fondos blandos carecen de sustrato al cual adherirse, algunas viven sobre el fondo y se les denomina epifauna; mientras que otros excavan al interior del sustrato para evitar ser arrastrados por la corriente, a estos organismos se les conoce como endofauna.
La concentración de oxígeno en los fondos blandos varía en relación directa con el tamaño de grano, y su disponibilidad también guarda una estrecha relación con la cantidad de materia orgánica que se encuentra en este tipo de sustratos y de la acción de las bacterias descomponedoras; por ejemplo, en los sustratos de tipo arcilloso hay una gran cantidad de detritus por lo que la respiración de estos microorganismos agota el oxígeno disponible y dependen de la circulación del agua a través del sedimento para reponerlo. La endofauna debe ser capaz de adaptarse a las deficientes concentraciones de oxígeno, algunos de ellos cuentan con estructuras denominadas sifones que bombean agua a través de las oquedades que construyen, con lo que aumentan los aportes de oxígeno hacia el sustrato
La materia orgánica también es importante para las comunidades que habitan en los ecosistemas de litorales marinos de fondos blandos, se trata de organismos sedimentívoros, y la materia orgánica constituye su única fuente de alimento. La mayoría de los organismos de fondos blandos son excavadores y poseen la capacidad de desplazarse a través de los sedimentos; por ejemplo, las almejas que usan el músculo del pie para desplazarse.
Los organismos que viven en las zonas arenosas o fangosas intermareales como algunas especies de poliquetos y bivalvos son filtradores, por lo que se alimentan de partículas en suspensión a diferencia de los crustáceos depredadores, que se entierran y se alimentan cuando la corriente trae alimento. En esta zona es frecuente encontrar anémonas, moluscos, camarones, holotúridos, equinodermos, pequeños peces y una amplia diversidad de meiofauna.
Debido a que la mayoría de los organismos de ecosistemas de litorales marinos de fondos blandos viven inmersos en el sustrato, la zonación no es tan evidente como en las comunidades de ecosistemas de litorales marinos rocosos. No obstante, en las zonas arenosas es posible percibirla como resultado de un proceso de filtrado diferencial del agua: en la parte más alta de la pendiente hay menos agua que en parte inferior, por lo que las comunidades de organismos marinos serán muy similares. La parte alta está habitada por anfípodos e isópodos, mientras que las zonas inferiores estarán habitadas por poliquetos y bivalvos, entre otros.
Como resultado de la inestabilidad presente en el sustrato de las zonas intermareales de fondos blandos (particularmente en los arenosos) y a la exposición a oleajes intensos, estas zonas suelen carecer de plantas o algas adheridas al sustrato; a diferencia de zonas arenosas protegidas como las encontradas en bahías, lagunas o marismas, en las que se permiten el desarrollo de lechos marinos ricos en vegetación acuática como alga y pastos.
Bibliografía
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